Heridas

…no estoy pensando en las heridas, mucho menos en llegar.

Si pensara en las heridas tendría que detenerme demasiado tiempo para esperar a que sanen y poder continuar. El dolor se haría insoportable por el sólo hecho de ser el protagonista y, sientiéndose grandes, heridas que fueron pequeñas no pararían de sangrar. Ellas siguen la lógica de aquellos niños que al caer, esperan la mirada de la madre para llorar desconsolados, aún sin dolor, sólo por las ansias de sentirse amados.

Por otro lado, si pensara sólo en llegar ignoraría las caídas y lo que mis heridas reclaman; lo que me enseñan cuando sanan, lo que descubren al sangrar.

Por eso no estoy pensando en las heridas, mucho menos en llegar…caminar es observarme sangrando, sentirlo, sanarlo sin prisa, sin detenerme; continuar.

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