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Non Sono Sidney Poitier (2009)

by Percival Everett(Favorite Author)
3.81 of 5 Votes: 2
ISBN
8895842715 (ISBN13: 9788895842714)
languge
English
genre
publisher
Nutrimenti
review 1: Percival Everett's novel I AM NOT SIDNEY POITIER is easily one of the strangest, most unconventional novels that I have ever read, right up to the sheer fact that the author features a character in the novel with his own name, Percival Everett. I AM NOT SIDNEY POITIER tells the story of Not Sidney Poitier (his actual birth name, indeed), who is rich with more money than he can even conceptualize. At one point during the story, in fact, we learn that $50,000 is a mere drop compared to what is available to him, and it is all because his mother invested in Turner Broadcasting System, which left her and her son Not Sidney incredibly lucky with money. When Not Sidney's mother suddenly dies, however, the money goes to Not Sidney, and Not Sidney lives with Ted Turner and Jane Fon... moreda and lives the early part of his life facing identity confusion as well as the frustration of always having to explain his name, an explanation that essentially amounts to nothing because he does not understand why his mother named him what she did, as well as confusing others with it, as they tend to believe that he is saying that he is not Sidney Poitier, not that his name is Not Sidney Poitier, something made all the more poignant by the apparent fact that he looks uncannily like the famous actor named Sidney Poitier. I won't say anymore about the plot, however, because I don't want to spoil those who have not read it, but everything that I have thus far stated about the plot is really just the backdrop, not the actual plot itself. The novel is clever, intelligently playing with language in ways that I have never seen in a novel before and in ways that frequently made me laugh out loud, and the dialogue, too, is often hilarious, especially that which is spoken by Percival Everett (who speaks not only in colloquial nonsense but also in nonsense disguised in academic brilliance) and Ted Turner (who frequently changes the subject on a whim). It is also clever because of the philosophical and social questions that it asks, such as how one goes about dwelling within the negative. Is it possible that dwelling within the negative is just another way of dwelling within the positive? When we state what or who we are, are we not also, thereby, stating what we are not and vice versa? The plot is very broken up, which is one of the negative criticisms that I reserve about the it. The plot is not linear; instead, it kind of reads like a television series that follows an episodic, non-linerar format, with each episode featuring a start and a finishing point. I understand why Everett (the author) wrote it in such a way, though, since many of the elements of the story are inspired by films in which Sidney Poitier stars, such as LILLIES OF THE FIELD and GUESS WHO'S COMING TO DINNER. The other piece of negative criticism that I have to offer is that the last couple of chapters of the novel are very ambiguous and leave the reader feeling immensely confused. I am very confused by what happened and will certainly have to consult with others who have read the novel to discuss the ending and hopefully make more sense of it (although I do have a theory regarding what happened, as simple as it may be), but it is clear that ambiguity is intended by the author. Although I honestly would have appreciated a more linear storyline and a clearer ending, Percival Everett's I AM NOT SIDNEY POITIER is such a fun read, and I recommend it if you're looking for language that will make you think and make you laugh.
review 2: Desde su propio título, “No Soy Sidney Poitier” (editado en nuestro país por Blackie Books) apela al absurdo y al cachondeo. Porque, además del título de esta novela de Percival Everett, ganadora del Believer Book Award en el año 2009, No Soy Sidney Poitier también es el nombre del protagonista. Esto viene a arrojar continuos juegos de lógica sobre todo lo que ocurre en la novela, porque evidentemente el personaje no es Sidney Poitier y su madre, Poitier de apellido, le puso No Soy Sidney como nombre a su hijo para diferenciarlo del actor que bien podría ser su padre (ya que el verdadero progenitor del niño es algo que la mujer se llevó a su tumba). Pero, cosas del destino, cuanto más mayor se hace el protagonista, más se parece a Sidney Poitier. Pero no es Sidney Poitier. Aunque, de alguna forma sí que es Sidney Poitier. Y, sobre todo, sí que es No Soy Sidney Poitier. Puro galimatías.Pura confusión como la materia de la que está formado el mismo personaje, tal y como él mismo reconoce al principio de este libro narrado en primera persona: “Como casi todo el mundo, soy más triste que algunos, más tonto que otros, más flaco que la mayoría y mas gordo que unos pocos, pero nadie se ha sentido nunca más confuso que yo“. Y es que Everett alimenta (casi ceba) a su “No Soy Sidney Poitier” con la misma materia del absurdo: la propia existencia del No Soy Sidney es absurdo existencial, a lo que hay que sumar que, una vez muere su madre, su tutela pasa a manos del mismísimo Ted Turner, lo que le lleva a compartir viajes en barco con ese icono sexual ochentero que es Jane Fonda. Turner, además, es un tipo surrealista en sí mismo con el que es francamente difícil mantener una conversación coherente, puesto que sus respuestas nunca se ciñen a las preguntas y tiene una capacidad para divagar propia de un adicto a la marihuana. Y, cuando crees que el absurdómetro de “No Soy Sidney Poitier” no puede alcanzar cotas más altas, llega Percival Everett y hace acto de presencia en su propia novela como profesor universitario del protagonista. Sus clases de Teoría del Absurdo son, simple y llanamente, sublimes. Aunque si de sublimación hablamos, es inevitable remitirse a ese grand finale en el que por fin se encuentran Turner y Everett como el choque de dos cuerpos estelares que coliden y crean agujeros negros conversacionales fascinantes, hipnóticos y antimateriales.En otro retruécano de lo absurdo, la propia biografía de No Soy Sidney puede escribirse en forma de parodia de la historia del hombre negro: la primera vez que marcha de su casa de multimillonario, se topa con unos policías paletos que le encarcelan por el mero hecho de ser negro y le ponen a trabajar en un campo de trabajos forzados (referencia directa a la era de la esclavitud negra); mientras que, en su segunda escapada navideña a casa de su novia, aterriza en el seno de una familia de negros que se esfuerzan en ser blancos o, al menos, aparentarlo (imagen poderosísima de cierta reacción de algunos negros una vez conseguida la presunta normalización). Ambas tendencias hacia el absurdo (la de personajes reales como Turner, Fonda o Everett apareciendo en las páginas de una novela por un lado y, por el otro, la de reescribir la historia negra en clave de opereta surrealista) forman parte de una voluntad mayor que acaba conduciendo a “No Soy Sidney Poitier” hacia una esfera literaria muy superior: la reescritura descarada e irrespetuosa de la historia propia de la cultura post-postmoderna.Hubo quien se echó las manos a la cabeza ante las aproximaciones muy irreverentes y muy poco fieles de Quentin Tarantino a la Segunda Guerra Mundial en “Inglorious Basterds” y al pasado esclavista de Estados Unidos en la más reciente “Django Unchained“. Pero, como siempre, resulta que Tarantino no inventó la rueda. Si a la post-modernidad le tocó derribar los mitos y ensalzar la figura del anti-héroe a través de un miasma de referencias a la literatura clásica cada vez más sofisticadas y enrevesadas, la única salida de la post-postmodernidad está siendo directamente poner en entredicho la vericidad de la propia historia: si el recuerdo es poco fiable y la memoria histórica la escriben los vencedores, ¿por qué empeñarse en la rigurosidad de los datos históricos cuando su mestizaje con la ficción puede arrojar nuevas luces (y numerosas sombras) sobre lo tratado? Es a través de este proceso de acercarse a la historia de forma laxa y cachonda, absurda y surrealista, como Everett consigue que su “No Soy Sidney Poitier” se eleve hasta una altura de gigante. Un gigante, eso sí, que está doblado sobre sí mismo, arreplegado sobre su estómago y riendo a carcajada limpia. less
Reviews (see all)
Yoyo
An odd book/story, but well written, and laugh-out-loud funny at times.
kat
Another shape shifterjumping over linesno one catches him.
susie
Really enjoyed this!
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