Amor perdido 101: Como seguir adelante

Nunca me había sentido realmente lista para escribir acerca de este tema por muchas razones tal vez; el no saber reaccionar ante el cuestionamiento de mis amigas por no “superar” lo que ya fue, sentir que no podría admitir mis errores por orgullo, pero principalmente, nunca me había sentido lista para admitir abiertamente que yo, sí, YO, fui una m&@$# de persona alguna vez.

Algunas relaciones empiezan justo como empezó la mía. Éramos muy jóvenes, nos gustábamos desde el primer momento en que nos vimos. Había DEMASIADA pasión entre nosotras, y aunque tratábamos de disimularlo por las circunstancias, se notaba a leguas. Éramos el tipo de pareja que tú miras y dices #COUPLEGOALS. La vida nunca había sido tan hermosa y yo nunca me había sentido tan querida; ella era todo lo que quería en ese momento: guapa, aventurera, detallista, inteligente, intrépida y muy muy romántica.

Sentía que me explotaba al tratar de explicarle mi amor por ella, sentía que era el amor de mi vida y cuando decía que yo era también el suyo, en sus ojos se veía que era verdad.

Siempre tuve la idea de que aún existían esas relaciones eternas que empiezan cuando ambos son jóvenes e inexpertos y terminan en la muerte, y juraba que mi amor se trataba de uno de esos.

Pero hasta el amor ha cambiado con el tiempo. Ya no es a la antigua.

Después de un periodo de altibajas, de incomprensión e inmadurez de mi parte, ella decidió dejar la relación para bien. Nunca más quiso hablar de ello, ni reconsiderar las cosas, simplemente, nunca quiso saber nada más de mí.

Yo me desmoroné completamente.

No podía entender cómo después de tanto tiempo juntas, ella podía decir “ya no más”. Y ESO no fue lo que acabó conmigo, fue cuando de pronto me enteré que me ocultaba que salía con alguien más.

De ahí en adelante, su celular no dejaba de sonar. Yo no podía razonar, no estaba lista para dejarla ir y mucho menos para saber que compartía su vida con alguien más.

A pesar de que ella parecía estar superando el hecho de separarnos, volví a contactarla y a tratar de poner las piezas en donde estaban a toda costa.

Los meses siguientes fueron horribles, yo me daba cuenta del daño que le estaba haciendo pero no podía reaccionar.

Ni siquiera me quiero acordar del día que intentó detenerme, jamás había visto su rostro tan hinchado de tanto llorar en dos años de relación. Sencillamente, su expresión me mató y me confirmó, ese día, que yo era la persona más desalmada del mundo.

Ahí supe que tenía que detenerme y lo mejor que podía hacer era seguir con mi vida.

No entendía lo que me estaba pasando, leí tantas historias de exes y sus venganzas en Internet hasta que pude detenerme a pensar “¿en qué coño estoy pensando? ¿en qué me estoy convirtiendo?”.

La verdad, es que aprendí que es algo más común de lo que pensé, pero muy pocas personas tienen el valor de admitir que lo han hecho de alguna manera u otra, quizá por las razones que mencioné al principio.

Yo quiero compartir mi experiencia porque crecí a través de ella, y si algo sé, es que jamás de los JAMÁSES, debes lastimar a alguien a propósito, por muy mal estado en que estés. Y mucho menos si se trata de alguien que te ama (o amó).

Me costó perdonarme.

Traté de disculparme muchas veces, pero claro, ya estaba ella tan lastimada que lo menos que quería hacer era escucharme. Me costó mucho entender que lo mejor que podía hacer por las dos era superar todo y seguir con mi vida.

Con el tiempo me di cuenta de que por más que sintiera que le había arruinado la vida a mi ex, debía dejar de preocuparme por ella y el pasado.

Fue difícil aceptar que muchos me juzgarían sin conocerme.

Pero entendí que la gente comete errores, el problema es cuando saltan a juzgar al resto y no logran admitir que también se han equivocado.

Orgullosamente, puedo decir que las personas que me quieren incondicionalmente, me ayudaron a salir de ese estado y me dieron su apoyo. Así, pude reconocer que sólo fue una experiencia más que te ayuda a crecer. (Digo, si no aprendes de algo como esto, créeme que tarde o temprano la vida se encargará de que sea así. xD)

Aunque no reaccioné de la forma más correcta en el pasado, sé que me llevo LA LECCIÓN DE MI VIDA sobre cómo actuar y también, de cómo valorar a los seres a mi alrededor antes de que sea demasiado tarde.

Al final,

LOS GRANDES GOLPES DE LA VIDA NO SON PARA JODERTE, SINO PARA ENSEÑARTE UNA VERDAD QUE NO PERCIBÍAS.

Besos.

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