Pese a que Nueva York es uno de los 20 -de los 50- estados en los Estados Unidos que no aplica la pena capital, ayer, el Presidente Donald Trump generó polémicas tras declarar, por medio de un tweet, que el hombre que provocó la muerte de 8 civiles y dejó a otros 12 heridos, “debería recibir la pena de muerte”.
NYC terrorist was happy as he asked to hang ISIS flag in his hospital room. He killed 8 people, badly injured 12. SHOULD GET DEATH PENALTY!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 2, 2017
Esto después de que el autor del crimen (ver infografía), Sayfullo Saipov, de nacionalidad uzbeka y herido por un disparo de la policía local, haya pedido que se colgara la bandera de ISIS -grupo del cual es simpatizante y en cuyo nombre ejecutó el atentado- en su pieza del hospital.
Antoine Alvear, músico chileno residente hace dos años en Nueva York, se encontraba a pocos bloques del lugar de los hechos, en Downtown Manhattan, y cuenta que “en las calles de la ciudad, aumentaron el número de policías y donde más se nota es en el subway, el metro”.
Cristóbal Rivera, estudiante chileno que reside en Nueva York hace tres meses, afirma que no le parece correcto que el Presidente pase a llevar las leyes locales de un estado que abolió aquella medida. “Este es un clásico acto sensacionalista de Donald Trump (…) Busca caer bien a la población tomando medidas drásticas contra el terrorismo, sobre todo ahora que se viene su impeachment” argumenta el estudiante.
Según Eduardo Aldunate, abogado y doctor en derecho, los tratados internacionales aprueban la pena de muerte en los países que estén legislados como es el caso de Estados Unidos donde es un castigo usual para los homicidas, sin embargo, esto dependerá de cada estado.
Con respecto al atentado, el experto en Derecho Constitucional de la Universidad Católica, aseguró que delitos de este tipo (terrorismo), son los calificables como “delitos más graves”, por lo tanto, se podría aplicar la pena de muerte.
Pese a que en Nueva York la pena de muerte se haya abolido en 2007, existe una forma legal de ejecutar a criminales. Lo que se hace en ese caso, es realizar un juicio por medio del sistema federal de justicia, lo que significa que pasa a ser de importancia nacional, externo al estado de origen.
Juan Flores, psicoanalista de la ICHPA –entre otras cosas–, comenta que según un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, no se puede demostrar que la pena de muerte reduzca los crímenes, es más, en el caso de los atacantes islámicos, la muerte es vista como una recompensa y un compromiso con una divinidad. A su juicio “más parece un ofrecimiento de Trump destinado a calmar ansiedades básicas de cierto público y un acto ‘estético’ de su parte para validar una imagen propia y su discurso”.
Para saber más sobre la pena de muerte en el mundo, revise el siguiente documento.
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