“Por mis sueños va ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez mi corazón de viaje, luciendo los tatuajes de un pasado bucanero, de un velero al abordaje” – Joaquin Sabina
Otro viaje de visa se acerca y mi incomodidad aumenta, cada tres meses tengo que estar haciendo lo mismo, buscando una camisa manga larga o suéter, cualquier cosa que me ayude a cubrir mis tatuajes para evitar un mal entendido.
En lo personal pues no se si es lo mismo para todos mis compatriotas pero mi experiencia personal siempre a sido caótica.
Siempre e sido fan de los tatuajes, ya sean utilizados como recordatorios de personas o situaciones, expresiones artísticas o un diario personal. El tatuaje siempre viene acompañado de historias, los usaban mis antepasados los antiguos mayas se tatuaban con distintos fines, a veces procurando protección, tatuándose guerreros y dioses, otras veces para diferenciarse de los enemigos de otra tribu, con tatuajes en el rostro a modo de identificación y demás. Los mayas también solían utilizar los tatuajes para representar su devoción politeísta a distintos dioses.
Los marinos también los utilizaban a para relatar las historias de viajes, hace unas cuantas décadas, los marineros y pescadores quedaron sorprendidos cuando visitaron pueblos del Pacífico Sur y conocieron el arte corporal de los nativos.
En mi país el tatuaje tomo otro rumbo gracias a la violencia que vivimos a diario, siendo por una parte reconocido su uso por miembros de pandillas. Existe otro porcentaje de la población como yo que simplemente nos gusta su arte y lo utilizamos valientemente de esa manera.
Es también por esa misma razón que esto se vuelve un problema a la hora de salir del país por tierra, el Salvadoreño esta estigmatizado y somos víctimas de discriminación, corriendo riesgos que nos desaparezcan por temor, que nos hagan las mil una preguntas en un cuarto lejano en las fronteras o que simplemente no te dejen entrar.
Es incomodo, muchas veces me causa rabia, me siento impotente o expuesta. La ultima vez que me toco cruzar la frontera de Costa Rica y Nicaragua un policía me paro para disimuladamente tomarme fotos de mis tatuajes alegando “admiración” cuando en realidad era para ponerlo en mi record por cualquier circunstancia desfavorable.
Esta son actos de discriminación que vivimos a diario en cualquier lugar a donde vamos, si nos alojamos en algún hotel y existe un robo somos los primeros en ser señalados o cada vez que me preguntan acerca de mi país viene acompañado de un comentario negativo, gestos de inconformidad o pierden interés.
Todo lo anterior me llevo inclinó a dedicarme al turismo, me siento menos extraña y mas aceptada por lo menos se conocen personas que tienen los cuerpos cubiertos de tatuajes y nuestras conversaciones se vuelven mas digeribles.
También una de las razones más importantes por las cuales sueño con tener nuestro propio negocio, lejos del capitalismo que rodea esta idea, es una de las medidas que puedo encontrar para poder abrirme mis propias oportunidades, encontrar trabajo ya es difícil imaginen cuan duro es ser Salvadoreña y ademas tatuada. Ser bartender toda la vida no es una opción, más vieja me pongo menos propinas percibos, todo aquel que a sido bartender sabe que hacemos más dinero con propinas que con el sueldo que percibimos.
Tampoco quiero trabajar para el Hotel de otra persona, si bien esta a sido otra de mis experiencias laborales tampoco fue una de las mejores en mi vida, te explotan, pagan poquito o en mi caso nunca te pagan y por la “imagen” difícilmente hay oportunidad de escalar a una mejor posición.
Yo no considero que tener un pequeño negocio me convierte automáticamente en parte de los grandes capitalistas como Coca Cola, Mc Donald, Selina’s Hostal y mucho menos el Hilton.
Nuestra idea es pequeña suficiente para darnos como pareja que esta en los 30’s una vida más digna y acorde a las oportunidades que se pueden tener a nuestra edad y niveles educativos no universitarios.
También nos abre la puerta a ayudar a nuestra colorida comunidad atrayendo nuevos visitantes que invertirán tiempo, dinero en pequeñas pulperías y restaurantes locales.
Para que todo esto sea una realidad es necesario sacar residencia, que no solo me evitara muchos problemas cada tres meses, si no también nos ayudara a que nuestro camino en Nicaragua sea más estable y duradero.
Para mi prometido es mucho mas fácil, el tiene pasaporte Norte Americano, el puede ir y venir sin problemas o quedarse aquí como turista permanente, pero yo no corro con la misma suerte, en cualquier momento me pueden cerrar las puertas y no entrar por algún tiempo indefinido. No quiero estar lejos de mi familia (Craig, Canela, Cena), por lo tanto necesitamos hacer hasta lo imposible por mantenernos en el mismo lugar sin correr ningún riesgo.
Nuestra campaña esta llena de buenas intenciones y de muchos sueños, pero necesitamos de su ayuda para volver todo una realidad, los días se nos están agotando y todavía estamos lejos de nuestra meta, con pequeñas donaciones hacen la diferencia y si su situación económica no permite donar pueden siempre compartir y así nos ayudan a recaudar los fondos que necesitamos.
“Hoy por ti mañana por mi”.
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