Pax
Sara Pennypacker y Jon Klassen (ilustrador)
Nube de Tinta 2016
Pax es el nombre de un zorro rojo que fue descubierto cuando era un cachorro de días al borde del desfallecimiento. Lo descubrió Peter, un niño huérfano de madre, que inmediatamente se volcó con él. Entre ambos se forjó una amistad inquebrantable. Donde estaba Pax estaba Peter y donde estaba Peter estaba Pax. Ambos se compensaron esas pérdidas afectivas, esas ausencias y quizás por eso, se querían aún más. Un día, su padre comunica a Peter que debe partir a la guerra y el niño deberá irse a vivir con su abuelo, lo que implica deshacerse del zorro. Llega el momento y, pese al dolor, Peter abandona a Pax en el bosque, engañándolo al tirarle un muñeco y haciendo que lo vaya a buscar. Cuando Pax regresa con el soldadito en la boca, su amigo ya no está y él ni se imagina lo que en realidad ha sucedido. Solo siente que tiene que esperarlo, esperar a que vuelva a buscarlo.
Por su parte el niño, como no puede ser de otra forma, lleva muy mal la nueva situación y solo piensa en volver a por Pax. A partir de aquí empieza realmente el relato. Cada uno inicia una vida en la que crecerán y vivirán de forma independiente. El relato transcurre con acierto en cuanto al ritmo y la alternancia de estas dos vidas que se desarrollan de forma paralela pero sin cruzarse. El desenlace, para algunos me consta que un tanto decepcionante, sirve para subrayar lo que se nos ha mostrado al inicio: el hombre traiciona, el animal, no. De ahí, las posibles consecuencias. Particularmente hay algo del final que tampoco me ha encajado, pero tiene más que ver con la biología y los sentidos, en concreto con el olfato, que con la trama.
La novela se subtitula Una historia de paz y amistad; sin embargo la guerra se muestra más bien como una proyección del poder devastador de la especie humana. No hace falta una guerra en sí misma: a día de hoy vemos que se desforestan miles de hectáreas de bosque, se emplean productos químicos, pesticidas, se esquilman masivamente los recursos naturales…. No hace falta ninguna guerra para que se nos considere una especie dañina y peligrosa.
Según lo que he interpretado, la parte más relevante de la novela es la de la amistad y la del descubrimiento de uno mismo, del crecimiento, del instinto. Si vamos más allá, incluso alcanzaremos a vislumbrar que por mucho que queramos y cuidemos a un animal considerado “salvaje”, le estaremos privando de lo que solo la naturaleza le puede ofrecer….
Lo que más me llamó la atención en mi lectura fue el enfoque que la autora adopta para tratar el personaje del zorro rojo. Salvo en pasajes determinados e inevitables, si se pretende el adecuado seguimiento de la trama, el zorro se muestra como el animal que es: sus sensaciones, movimientos, reacciones, miedos, placeres, son totalmente creíbles. Al final del libro, la autora explica que estuvo asesorada por un biólogo experto en zorros rojos. Sin duda, al margen del propio talento de Sara, ha sido todo un acierto contar con tal ayuda, ya que logra que Pax sea un zorro real y no un zorro plenamente humanizado.
Por todo ello recomiendo la novela, en primer lugar para aquellos que hayan vivido una historia de verdadero cariño con un animal. Seguro que les llenará de sensaciones conocidas. De forma extensiva la encuentro adecuada para aquellas personas interesadas en los personajes que evolucionan, crecen y resultan verosímiles. Una obra que invita a la reflexión y que deja un poso suave que se va esponjando con el paso de los días.
Olga Orviz
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